miércoles, 3 de diciembre de 2008

Nunca es tarde...


¡Vaya hombre! He llegado tarde a mi propósito de escribir una nueva entrada en noviembre. Para compensar me sancionaré escribiendo más en diciembre.
A veces hay cosas que pasan demasiado pronto(hoy he recibido mi primera felicitación navideña) y se me ha quedado un poco cara de haba. Uff,me parecía un demasiado pronto. Estos días creo estar abrazando pensamientos con demasiada insistencia y no parece síntoma de algo bueno. Llevo varios días dando vueltas a un suceso que ocurrió en el colegio del hijo de mi Amiga Olga.
La profesora llamó a Olga para reprenderle por el exceso de imaginación de su hijo.
Sinceramente me cuesta trabajo creer que alguien pueda hacer eso y más cuando se trata de un docente.
Algo falla. Porque si uno se fija en los juguetes DIDÁCTICOS se da cuenta que lo son precisamente porque estimulan la imaginación del niño.

Este suceso digno del peor de los inquisidores ha estado dando vueltas en mi mente toda esta semana. Al parecer, la profesora cree que el niño debería ser más riguroso e imparcial en sus redacciones y casi prohíbe el uso de metáforas para expresar los conocimientos adquiridos tras la visita al planetario de Madrid.

¡Que pena! Por suerte mi Amiga Olga es una gran persona y mejor madre y sabe perfectamente como afrontar esta situación tan absurda como lamentable.
Y la triste y gris profesora que olvida principios tan antiguos como:"¡La imaginación al poder!" Debería tomar más fibra, reírse más y recordar aquel tiempo en el que aquello de enseñar era lo mejor que le había pasado en la vida.

Da igual cual sea vuestra profesión o vuestra ocupación, pero por favor tratad de hacerlo lo mejor posible y si algún día ese trabajo (tan vocacional como la enseñanza) fue lo mejor que os ha pasado, tratad de mantener esa llama encendida como aquella primera vez.

A tod@s los que intentamos cada día que los que nos rodean disfruten o recuerden esa sensación nos duelen especialmente, capítulos como este.

Sonríe, Abraza, Disfruta...
La Felicidad llega, pero la Alegría se escoge.