jueves, 5 de agosto de 2010

Las bicicletas son para el verano



El camino que lleva al Éxito es un camino más recto de lo que uno pudiera pensar. No es un camino lleno de obstáculos e impedimentos, pero es sin duda un camino en el que podemos toparnos con el insalvable muro de nuestra propia inseguridad. Una enorme barrera mental que desde niños nos ayudan a construir en casa, más tarde a lo largo de nuestra educación docente y por último en el entrono laboral.
El mantra de :"eso no es para gente como tú" o "nosotros no nos lo podemos permitir", "eso son cosas de ricos", etc... cala rápido y hondo en los corazones y mentes de la mayoría de los miembros de las sociedades de occidente. ¿Entonces? Muy sencillo. No lo escuches, no escuches ese tipo de discurso. Tanto si eres tú el orador que mentalmente se recuerda esas mentiras, como si son los demás los que te sermonean. ¡No hagas caso!
Continuamente tu familia, tus amigos, tus seres queridos te protegerán del azaroso viaje en busca del Éxito. Unas veces por miedo a tu fracaso y otras por miedo a tu triunfo, pero para ambos resultados parecen no estar preparados.
Un cambio de trabajo, de ciudad, de carrera, de pareja, en definitiva un cambio de vida, será evitado a toda costa por aquellos que te quieren o simplemente te rodean. El ser humano a pesar de ser un nómada es también un animal gregario, como tal evitará que abandones la manada. Impedirán que te alejes del calor del hogar. ¿Pero cómo es posible? El hombre es ese ser que cada vez que crea un asentamiento lo primero que hace es dotarlo de salidas, comunicarlo con puntos más o menos alejados de los que traer alimentos, mercancías de todo tipo, e incluso culturas nuevas. Pero de manera increíble esas vías de intercambio y enriquecimiento, se cierran cuando se trata de una persona que de donde sale no es de una aldea, sino de una rutina vital con la que todos se sienten tranquilos. Esto sucede porque además de lo anterior el hombre es también un animal de costumbres. Un animal con miedo a lo desconocido (aunque pueda ser bueno), no le gustan los cambios y por eso trata de evitarlos.
¿Y qué salida me queda si deseo hacer un cambio vital?  ¿Fugarme? ¿Abandonar a mi familia, amigos y demás? Algunas veces esa será la solución, otras lo mejor es demostrarles que con el cambio nada malo ha sucedido. Es como cuando después de caminar tus primeros años de vida, das el salto evolutivo  hacia la bicicleta. Es posible que al principio des con tus huesos en el suelo, pero algún rasguño que otro después... Eres un ciclista.
En el camino vital pasa lo mismo, si decides mejorar tu manera de moverte por la vida, es probable que no puedas mantener el equilibrio las primeras veces, pero de repente un buen día... te sorprendes pedaleando con fuerza, sin una mano que te sostenga por la espalda, ni una rueditas pequeñas que paren la posible caída. Ya nadie vigilará tus pedaladas, simplemente esperarán que disfrutes del paseo y descubras nuevos parajes.
Por lo tanto deja a un lado tus miedos y pedalea fuerte en dirección a tu destino, pedalea y observa como te alejas cada día más, como eres capaz de alcanzar nuevas metas y de sentirte un héroe.

Sonríe, Abrazo y Disfruta